domingo, 17 de mayo de 2015

Capítulo 4.

Derek

No me puedo creer lo que me está pidiendo, ¿en serio es tan importante para ella? ¿Tanto asco le doy? Quizás debería haber elegido a otra chica porque Alma no hace más que poner pegas.

-¿Me puedes explicar por qué no quieres que nos besemos? No es que tenga mononucleosis ni nada por el estilo.
-No es eso.-dice intentando contener una carcajada.- Simplemente, es que no entiendo la necesidad de las parejas por ir morreándose por todas partes. Hay maneras mucho mejores de mostrar el cariño. Además, no va a cambiar la perspectiva de los que vean las fotos. Todos pensarán lo que no es, justo como queremos.
-Aaron, habla tú con ella porque parece que no entiende lo que es una pareja.
-En verdad, la entiendo y me parece un muy buen punto para empezar.-dice Aaron mirando a Alma y sonriéndola. ¿Pero este qué trama?
-¿Se os ha ido? ¿De verdad estáis diciendo que no es necesario besarse para estar en pareja?
-Oye guapo, que tu seas un cerdo narcisista que usa a las mujeres como objetos, no significa que siempre lleves razón, al contrario, normalmente no la llevas porque solo buscas tu beneficio propio y eso es lo último que debes pensar cuando estás en pareja.

Durante unos segundos nos quedamos todos mirándonos. No me esperaba eso y, por lo visto, Aaron tampoco. Justo en ese instante, Alma ha mostrado lo que piensa de mi y, aunque no debería importarme, me molesta.

-¿Qué propones Alma?-dice Aaron intentando romper la tensión que se acaba de formar.
-Hacer fotos en las que parezca que estamos juntos pero sin estarlo. Por ejemplo, yo sentada encima de él, o el dándome un beso en la frente o simplemente abrazados. No tiene por qué haber un beso.
-Vamos a probar.

Aaron nos guía para hacer diferentes posturas y no están nada mal. En una la llevo a caballito, en otra sale ella apoyada en mi pecho, en otra ella mira a la cámara pero yo la miro a ella y, mi favorita, una que salimos los dos mirándonos a los ojos.
Fue la más difícil de conseguir porque se ponía roja y le entraba la risa pero al final, conseguimos sacarla.


Alma

Ha estado interesante la tarde y, por lo visto, ahora tenemos que dejarnos ver por donde están sus amigos y las amigas de Helena. A la mayoría los conozco, es lo bueno de vivir en una pequeña ciudad siempre conoces a un amigo de un amigo.

Veo a Ester, Sandra, Mónica y María. Son las amigas de Helena, y mis antiguas amigas. No las guardo rencor, más que nada porque fui yo la que se alejó de ellas. No me sentía a gusto teniendo que esconder un secreto tan grande y no soy capaz de decirlo en voz alta todavía.

Veo que me miran y me saludan con la mano. Nunca han dejado de ser amables conmigo, a pesar de que las dejase de lado y me inventara miles de escusas para no quedar. Ellas me conocían y sabían que ocurría algo pero siempre me dejaron mi espacio.

Me alegra saber que siguen siendo las mismas y, todavía más, que Derek no vaya a conseguir su propósito. Helena es una chica que no busca lo que él le ofrece.

-Alma, ¿por qué lloras?-me dice Derek y hasta parece preocupado.
-¿Qué? ¿De qué hablas? Yo no estoy llorando.-digo mientras me atrapa una lágrima.-Pues parece que sí. Únicamente recuerdos.

De repente, todo se nubla y solo veo a un chico al fondo del parque. No puedo. Esto es demasiado. Hoy no.


Derek

Siento como Alma se tensa a mi lado. La miro y veo que está pálida. ¿Qué le pasa a esta chica? Nos paramos y se agarra a mi. Pone su cara en mi pecho y me susurra que no puede, que tiene que salir de aquí. No sé que la pasará pero va a ser mejor irse. Me despido de mis amigos con la mano y salimos de allí.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien?
-Tengo que irme. Tengo que irme a mi casa. Por favor, sácame de aquí.
-Pero, ¿qué ha pasado? Todo iba bien y, de repente, has...
-Derek, por favor.

Su cara me dice que si no la saco de aquí pronto, se va a derrumbar. ¿Cuantos problemas tiene esta chica? Que solo son adolescentes, como ella y como yo. No la van a hacer nada.
Cuando llegamos a su casa, está mejor. Parece más tranquila y le ha vuelto el color a la cara y ahora está roja.

-Siento... Siento lo de antes... Es que... No...-dice tartamudeando, a punto de llorar.
-No te preocupes, no tienes que decir nada. Dijimos que los dos nos teníamos que sentirnos a gusto. Tú no lo estabas, y nos fuimos. No hay que darle más vueltas.
-También siento lo que he dicho de ti antes. No quería ser tan borde simplemente es que yo no puedo.

La sonrío y ella sonríe, sabe que no pasa nada. Nunca se habían disculpado conmigo por haberme dicho la verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario